Huari Boumedienne, cuyo verdadero nombre era Muhammad Ben Jaruba, nació en 1925 en Clauzel, cerca de Guelma, en el seno de una familia de campesinos. Su formación no fue superior a la de los demás jefes del Frente de Liberación Nacional (FLN).
Tras la escuela coránica y la madrasa de Constantina, pasó por la gran mezquita de Túnez y la de Al-Azhar, en El Cairo. A sus lecturas del Corán sucedieron las de Mao y el Che Guevara cuando se unió al maquis. Llegó al
rango de coronel, máximo en la jerarquía militar argelina, en 1957, tras dirigir la guerrilla en Orán y en Uxda. En 1960 fue promovido a jefe del Estado Mayor. Hombre fuerte del régimen, en 1965 tomaba el poder, al derrocar al presidente Ben Bella.
Durante el mandato de Boumedienne, de 13 años, el régimen optó por la vía socialista y un régimen presidencialista y de partido único, con evidentes lagunas constitucionales. Así pues, entre 1963 y 1973, se nacionalizaron los distintos sectores de la economía, se decretó la gestión socialista de la empresas y la Revolución Agraria, se instauró la medicina gratuita, la escolarización obligatoria y la arabización de la enseñanza. Como en el modelo soviético, se priorizaron las denominadas “industrias industrializantes”, es decir, la industria pesada, en detrimento de la agricultura y de las industrias de bienes de consumo, lo que comportó, a la larga, la descapitalización de la agricultura, el retroceso de la producción agraria (el país ha debido importar desde entonces una parte creciente de los alimentos que consume) y la caída de la productividad industrial carcomida por la burocratización, la lentitud administrativa, la falta de coordinación y de recambios industriales, el gigantismo industrial y los “milagros estadísticos”.
A mediados de los setenta, cuando Huari Boumedienne y Argelia lideran el movimiento de Países No Alineados (en 1974, tiene lugar en la ONU el famoso discurso del dirigente argelino sobre el Nuevo Orden Internacional) y Argel acoge y da cobijo a delegaciones y representaciones de los movimientos revolucionarios y nacionalistas radicales más dispares del mundo, la economía argelina ya está tocada de muerte.
Afectado de cáncer, Boumedienne muere el 25 de noviembre de 1978 y lo sucede en el cargo Chadli Bendjedid.