El ex ministro Mohamed Yazid fue una de las figuras históricas de la revolución argelina. Nació en la localidad de Blida el 8 de abril de 1923 y murió el 31 de octubre de 2003, en Argel.
Su etapa de gloria fue durante las tensas negociaciones celebradas en la localidad francesa de Evián, poco antes de que el país recobrara su independencia, en 1962.
Cuatro años antes, en pleno conflicto militar, el gobierno provisional de la república argelina instalado en Túnez, que presidía Ferhat Abbas, lo había nombrado ministro de Información, lo que le permitió visitar numerosos países árabes y occidentales para defender la causa de los guerrilleros del Frente de Liberación Nacional (FLN).
Diputado en la primera Asamblea Constituyente, fue requerido para participar en la redacción de la llamada “Carta de Argel” que sirvió de programa político y social del régimen instaurado en 1962 bajo la dirección de Ahmed Ben Bella.
Posteriormente fue nombrado embajador en el Líbano en 1975, y representante de Argelia ante la Liga Arabe en 1981.
Su último cargo fue como director del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos, entre 1990 y 1992, donde se preocupó de invitar a eminentes políticos y economistas extranjeros para que reportaran sus experiencias personales en beneficio de su auditorio argelino.
En los últimos años, Yazid se mostró muy crítico hacia lo que calificaba de “política oportunista” del jefe del Estado, Abdelaziz Bouteflika, aunque al mismo tiempo no le regateaba elogios al referirse a su pasado revolucionario.
A pesar de sus años, Yazid siempre estuvo presente en todos los actos públicos organizados por los periodistas argelinos para defender su derecho a una información libre, condenando la presión oficial sobre los medios de comunicación.
Tampoco regateó sus críticas hacia el “gobierno en la sombra”, al que se refería al citar el “poder oculto” de los militares sobre los políticos, afirmando que esa “desviación” podía ser considerada como el fruto de las desavenencias que vivió el FLN durante los años de la guerra y después de la independencia.
En 1992, al iniciarse la crisis suscitada por el integrismo, la dimisión forzada del presidente Chadli Benyedid, y la constitución de un Alto Consejo de Estado dominado por los generales, Yazid decidió alejarse de la política presentando su dimisión al comité central del FLN.
Desde entonces, su principal caballo de batalla fue la defensa de una información libre, no tanto porque creía en su capacidad de convertirse en un contrapoder del estamento militar, sino por su deseo de que Argelia rompiera el molde uniformista presente en el mundo árabe.
Su pluma se hizo ácida contra sus antiguos compañeros de trinchera en la época colonial, afirmando entonces que más le importaba ayudar a la creación de una prensa libre que adular a los hombres de un poder que él mismo había compartido y defendido.
“Pero -afirmaba públicamente sin recato- al menos me queda el consuelo de asumir mi parte de los errores que pudieron cometerse en nuestra lucha, y mi voluntad de no aceptar que se sigan cometiendo errores en razón de una “razón de Estado” que no comparto…”.