Mamoun al-Hudeibi fue el máximo dirigente de los Hermanos Musulmanes -organización proscrita, considerada una de las más influyentes de Egipto-. Murió el 9 de enero de 2004 a los 83 años en El Cairo. Su deceso ocurrió en un hospital de la capital egipcia cuando era sometido a análisis clínicos.
Al-Hudeibi nació el 28 de mayo de 1921. Era hijo de Hassan al-Hudeibi, que ejerció el liderazgo de los Hermanos Musulmanes desde 1950 hasta 1973. Se graduó en derecho y fue presidente de un tribunal de Gaza en 1956. Participó de la resistencia durante la agresión tripartita contra Egipto en 1956, siendo arrestado por el ejército israelí.
Ya como miembro de los Hermanos Musulmanes, fue detenido en 1965 mientras asistía a una reunión con su padre. Juzgado por un tribunal, fue sentenciado a un año de cárcel y su inhabilitación como juez. Posteriormente, la condena sería ampliada a cinco años, siendo liberado en 1971.
Al-Hudeibi pudo volver a la magistratura, como presidente de la corte de de Casación de El Cairo hasta su retiro. Aunque los Hermanos Musulmanes permanecían prohibidos, fue elegido miembro del Parlamento egipcio en las elecciones de 1987.
A raíz de la muerte, el 29 de octubre del 2002, del murshid (jefe máximo) de los Hermanos Musulmanes Mustafa Mashhour, se convirtió en el nuevo líder de este grupo histórico.
Al-Hudeibi era uno de los críticos más acerbos de la política del presidente Hosni Mubarak por sus estrechos lazos con Estados Unidos y su acercamiento a Israel.
Los Hermanos Musulmanes son la agrupación política más antigua e influyente de Egipto. Creada por Hasan Al Bana en 1928, fue prohibida por Naser en 1954, al descubrirse un complot para asesinarlo por parte de miembros de la organización, y nunca desde entonces recuperó la legalidad. El guía espiritual de la fraternidad tiene autoridad no solamente en la rama egipcia del movimiento, sino también en las filiales jordana, siria y palestina, así como en otras organizaciones árabes islamistas del mundo. Hamas, el movimiento islámico palestino, emergió de la fraternidad.
En los últimos años, la organización ha gozado de una especie de tolerancia, ya que varios de sus dirigentes están en actividad y mantienen contactos políticos y hasta diplomáticos, pero las redadas contra sus miembros son periódicas y hay cientos de ellos en prisión.
El grupo siempre se ha declarado contrario a la violencia, y es muy influyente en las asociaciones estudiantiles y profesionales, pero pese a todo el régimen los persigue apoyándose en la Ley de Emergencia, vigente desde hace 23 años y considerada por los grupos de derechos humanos como la coartada una represión incesante.